Se trata de una vivienda con una superficie de 268,72 m2 y un local en planta baja. Está situada en el casco antiguo de Alzira, La Vila. Durante la construcción de la obra se encontraron restos amurallados que han sido respetados e integrados en el diseño.
En esta vivienda se distribuyen los espacios en dos alas integradas mediante un patio central y comunicadas a través de pasarelas exteriores. Se ha optado por esta composición de volúmenes para la climatización natural de todas las estancias puesto que se trata de una parcela con reducida longitud de fachada con orientación sur respecto a su gran profundidad, consiguiéndose así la superficie necesaria en sus fachadas sur para la captación de la radiación solar en invierno.
Para conseguir los niveles de confort en su interior ha sido fundamental cuidar cada detalle constructivo y vigilar el proceso constructivo.
La vivienda cuenta con un sistema solar que alcanza 75% de la demanda. Está previsto ampliar el sistema para recircular el agua caliente a un muro radiante ubicado en la planta baja de la vivienda, zona con peores índices de confort debido al sombreamiento que provoca un bloque sobre el otro durante las horas centrales del día.
Se han utilizado los criterios de la arquitectura solar pasiva para la climatización de la vivienda consiguiéndose niveles de confort muy elevados prescindiendo de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración.
Un aislamiento térmico continuo recubriendo todos los muros y cubiertas y una elevada inercia térmica proporcionan a la vivienda la capacidad de conservar la temperatura interior evitando que el calor de verano o el frío de invierno entre a través de ellos.
Está prevista la instalación de un sistema domótico que controle de forma autónoma la climatización de la vivienda.
En invierno el sistema domótico acciona las persianas cerrándolas para que durante la noche, cuando las temperaturas descienden, se cree una cámara de aire que contribuye con el aislamiento térmico del edificio, reduciendo considerablemente las perdidas a través de los acristalamientos.
En verano el sistema se acciona cuando los ventanales reciben la radiación solar, de esta manera se evita el recalentamiento de la casa en verano.
El sistema domótico también controla la ventilación de la vivienda, en invierno se reconduce el aire de las zonas con mayor radiación solar a las zonas con menor radiación y por tanto con menores temperaturas. En verano la ventilación capta el aire fresco de la noche y lo distribuye por el interior de la vivienda.
Al tener las fachadas acristalada a sur, la vivienda cuenta con el mayor numero de horas de luz natural con el consiguiente ahorro económico en las facturas de electricidad.
Carpinterías de madera, en primer lugar, por proporcionar unos niveles de aislamiento térmico y acústico adecuados y en segundo lugar por ser uno de los pocos materiales utilizados en la construcción con un balance de emisiones de CO2 neutros. Estas carpinterías son tratadas con lasures ecológicos que garantizan un perfecto acabado y durabilidad y reducen los costes de mantenimiento asociados a otros tipos de acabados.
El aislamiento térmico utilizado para rellenar la cámara de los cerramientos es corcho natural triturado, un aislante idóneo por sus características térmicas y de durabilidad.
Los acabados interiores son materiales cerámicos utilizados tanto en muros como en el revestimiento interior de suelos son seleccionados por tratarse de materiales con elevada inercia térmica que hacen de acumuladores del calor recibido gracias a la radiación solar.